lunes, 29 de febrero de 2016

Cuéntame al oído.

Como habréis podido observar por aquí, soy una persona muy unida a la música. Desde pequeño he amado descubrir nuevos artistas, cantar, chillar, bailotear... la música siempre ha estado muy presente en mi vida, durante muchos estados y momentos trascendentales de ella. Es por ello que hoy empecé a pensar en algo mientras sonaba La oreja de Van Gogh, empecé a pensar en canciones que están repetidas hasta la saciedad, pero cuando llevas un tiempo sin escucharlas vuelves a echarlas de menos, vuelves a encontrarles el significado que tuvieron para ti. Es difícil no sentir nostalgia al recordar cómo empezaste a descubrirlas; en mi caso me viene a la cabeza (no sé por qué) momentos concretos en los que iba con mi madre en el autobús a Valencia, siempre las ponían en la radio y ella no podía evitar cantarlas. Son recuerdos tontos que se te quedan grabados sin saber por qué, pero que aun así te hacen sonreír, quizá por esa sencillez que los caracteriza.

A La oreja de Van Gogh siempre se le ha considerado algo a caballo entre lo comercial y lo "diferente", de tal manera que acabó conquistando a todo tipo de gente. Quizá de ahí radique su éxito, no lo sé. Lo único que sé es que por mucho que pasen los años, siempre van a formar parte de mi infancia y conseguirán al menos evocar las sensaciones agradables que me transmitieron en su día. 

https://www.youtube.com/watch?v=YqecOmezgSw

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