jueves, 24 de noviembre de 2011

sábado, 19 de noviembre de 2011

Pesadillas.

Durante la última semana no he dejado de tener pesadillas, en vez de sueños. Día tras otro, sin descanso. Me pregunto sinceramente por qué ocurre esto. Al principio parece que todo vaya bien, pero paulatinamente el ambiente se torna amargo y desagradable; algunas veces con situaciones y problemas que tengo en la realidad, y otras veces con toques de película de terror. ¿Es que mi subconsciente me pide a gritos un giro drástico en mi vida? Si lo pienso, dentro de lo que cabe, soy feliz. Tengo buenos amigos, algunos demasiado incluso; aunque también echo en falta a la persona que quiero.
Pero, ¿qué sé yo del amor? Fui ingenuo al creerme todas las paparruchas de las películas de príncipes y princesas, de las películas de adolescentes que nos comen tanto la cabeza. Descubrí que hay mucha gente que no cree en el amor, piensan que lo único que nos guía es el instintivo deseo sexual, que el amor es un mero adorno que esconde la verdad. ¿Tendrán razón? ¿Quién la tiene? ¿Cuál es la realidad? Nadie, por mucho que se empeñe, conseguirá dar una respuesta real a esas preguntas.
Habiéndome cerciorado de esto, me cuestiono qué decisiones debería tomar y qué pasos seguir.

jueves, 17 de noviembre de 2011

jueves, 10 de noviembre de 2011

#16

Es un dolor que no se puede describir porque no puedes compararlo con nada que te haya pasado antes. Es vacío, vacío total.

Mario Castillo, Los protegidos.

martes, 8 de noviembre de 2011

En busca de la personalidad.

Desde el comienzo de los tiempos la sociedad se ha regido por las modas. Esas normas siempre se han aplicado al ámbito sexual, pese a no ser este un tema sujeto a elecciones. Últimamente podemos ver esta situación con bastante frecuencia, algo que no sorprende; pero lo curioso es que ocurre de forma apuesta a como lo hacía. En una época donde la palabra "sexo" se pronuncia cada cinco segundos y las mujeres tienen tanto valor como los hombres, ¿seguimos menospreciando nuestras atracciones sexuales con el mero deseo de seguir a la moda, cuya fuente de inspiración es tan silenciosa?

viernes, 4 de noviembre de 2011

Un nuevo final.

No puedo decir que no me haya sorprendido, no puedo decir que no me haya dolido. Me diste unas expectativas que intenté no tomarme en serio. Llegué a pensar que esto se estaba convirtiendo en algo más; en parte me aterraba, en parte no me importaba.
Supongo que muy en el fondo de mi ser sigo echando de menos la constancia, pero toda la capa exterior es muy diferente ahora. Me limito a disfrutar del momento tal y como se presente, sin compromisos ni ataduras que luego puedan hacerme daño. Pero ¿y si esto es una señal de que no puedo convivir sin amor, sin alguien que sepa quererme?
Esto se ha terminado, al menos así lo veo yo. Una vez más, fue bonito mientras duró. Espero que no me pidas lo que todos me piden, porque soy débil.
Creo que lo más correcto ahora es no pensar en el tema más de lo necesario, no comerme la cabeza como suelo hacer. No sé si lo conseguiré.

jueves, 3 de noviembre de 2011

#15

-¿Y cómo lo sabes: si sois tan diferentes o...?
-¿De planetas opuestos?
-Sí.
-Al fin y al cabo fomentas lo que te separa o fomentas lo que te une. Depende de ti.

Ryan y Sandy. The OC, cuarta temporada.


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Riesgos y consecuencias

Dentro de unas horas vamos a estar juntos durante prácticamente dos días enteros. Puede que me ignore; pero ahí estará él, junto con la oportunidad de darle a conocer la verdad, de arriesgarme.
Pero, ¿vale la pena el riesgo? ¿Qué consecuencias busco? Si tomara el camino fácil, sólo actuaría impulsivamente. Cuando a un niño se le da un bombón de chocolate, a pesar de que haya pedido solamente uno, querrá otro más. Y después otro. No se cansará... pues es su dulce favorito.
Muchas veces nos cegamos y limitamos nuestros objetivos a uno: conseguir aquello que nos satisface, hedonismo en toda regla. No es hasta que lo hemos probado cuando nos cercioramos de que queremos más, de que podemos hacer sufrir a terceras personas, de que no hay vuelta atrás.




Texto escrito a finales de agosto de este año, mejorado en noviembre.