miércoles, 22 de febrero de 2012

Dicen que te arrastra como el mar.

Aquellas tardes en las que el tiempo flotaba en el aire como una medida inexistente, en las que canciones bonitas llenaban el ambiente con sus persistentes notas que jamás se iban de nuestras cabezas. Aquellas noches disfrutando del cielo, de las estrellas, de una buena película, de nosotros mismos. Tu pelo negro y rubio el mío; nuestras manos cogidas para siempre. Aquellos largos paseos por ciudades infinitas. Aquellos besos que me robabas y yo te devolvía y te volvía a robar, ciclo sin fin. Nada parecía terminar, nada merecía terminar, todo era demasiado maravilloso para que ocurriera. Cada momento era único, especial, privado y lleno de sentimientos que nos dejaban la cara sonrosada de un niño contento.

Días y tardes y noches y más noches. Cómo desearía que todo fuera así ahora, que pudieras mirarme como lo hacías antes. Cuánto daría por poder cogerte la mano una vez más, por charlar contigo durante horas como si no hubiera mañana, como si lo creáramos nosotros con nuestros besos. Cuánto daría por tenerte a mi lado una vez más. Aquí. Para siempre.

Estado siete.

Estar solo te ayuda a poner las cosas en orden y saber qué necesitas y qué no.

viernes, 17 de febrero de 2012

Time goes by so slowly.

¿Que soy consciente de lo que hice? Sí. ¿Que sé que quiero retomar lo que tuvimos? Sí. ¿Que conozco tus pensamientos? No.
Y dime: ¿qué puedo hacer yo así? Si parece que nunca vayamos a hablar y tus sentimientos estén guardados bajo llave; si te echo de menos y te quiero como el primer día. Cada vez que escucho las palabras "pareja", "amor" o "futuro" sólo puedo poner tu cara. Nada más que tu cara. Junto a la mía. Como si nada hubiera cambiado, como si todo fuera igual que antes. Já, iluso de mí, ingenuo de mí, las cosas no se materializan con un simple chasquido. Yo soy el culpable de ello, nadie más que yo. Y, mientras tanto, tú sigues tan lejos de todas las formas posibles, sin saber qué pasa por tu mente, sin saber si le doy vueltas a la cabeza sin razón. Con esperanzas que quizá no tengan fundamento.

jueves, 9 de febrero de 2012

jueves, 2 de febrero de 2012

#28

Porque la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

La vida es sueño, Calderón de la Barca.