No haber escrito apenas durante tanto tiempo habrá sido probablemente mi bote salvavidas. Es cierto que, lo haya querido o no, las noches solitarias y frías han llegado de todas formas para azotarme con su mayor grandeza. Pero el simple hecho de poner mis pensamientos en orden y hacer un vistazo rápido de los acontecimientos ocurridos escocía como sal en una herida. Plasmar todo eso en letras era superior a mí. Ha sido mucho mejor dejarlo guardado en algún fichero oculto de mi cabeza, al menos por ahora, aunque sepa que más tarde, cuando menos me lo espere, ese fichero estallará produciendo muchos más daños de los que hubiera podido producir al principio.
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