viernes, 20 de enero de 2012

Espiral.

Odio esa sensación, esa sensación de ridículo, de haber quedado como un idiota. ¿Y ahora qué puedo hacer? No puedo decirte 'hasta nunca' sin dar explicaciones, sin que hayan consecuencias, pues el vínculo ya está creado. Sea cual fuere, sea de mayor o menor intensidad, ya es un hecho. Sólo puedo intentar que la vergüenza y el orgullo pasen por mi garganta sin producirme lesiones.
Tú, ese otro que lo comenzó todo, vuelves aquí, ¿por qué? ¿quién te ha dado permiso? ¿Cómo osas aparecer cada vez que te da la gana? Deberías ser un pensamiento extinto, inexistente. Pero no, no lo eres, y probablemente jamás lo serás. Tantas dudas y confusiones, tantas inquisiciones por averiguar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario